ESTRAGOS DE LA LUJURIA Y SUS REMEDIOS, conforme a las Divinas Escrituras y los Santos Padres de la Iglesia (1726)

Hace años que estoy deseando, y
pidiendo a Dios Nuestro Señor un libro específico,
y conciso contra la torpe lujuria
desenfrenada, que tiene apestado el mundo,
muertas innumerables almas de los cristianos,
escandalizados los pueblos, profanados
los Santos Sacramentos, frenéticos y prevaricados
a los hombres, arrimados muchos a una
penitencia falsa, por sus malas costumbres,
ocasiones próximas voluntarias, y frecuentes
reincidencias sin enmienda.

De esta pestilencia se hallan contaminados
innumerables, de los pequeños, y de los grandes;
de los mozos (*solteros), y de los casados,
-y a veces de estos últimos con más desafueros-,
de los ancianos, y viudos, y muchos de todos
los estados.


Los médicos espirituales, que debían curar esta
infernal epidemia con fuertes y eficaces remedios,
se hallan muchas veces acobardados y confusos,
y se imaginan falsamente que con una penitencia
ligera se puede curar un vicio arraigado en las
entrañas.


CONTINUARÁ...

Haga V.P. profunda reflexión sobre este
gravísimo contagio. Pida nuevas, y muy
resplandecientes luces al Cielo , para que
haga ver a estos apestados, y a todos la gravedad,
malicia, y fealdad de este vicio torpe,
y abominable. Lo mucho que Dios lo
aborrece. Cuan rigurosamente lo castiga.
Que llena los infiernos. Que prevarica a las
criaturas. Y Dios amenaza con todo rigor a
los confesores, para que cumplan con sus
obligaciones, y receten los más propios y
eficaces remedios, para la curación fundamental
de tan graves enfermedades. Eche
V.P. a los Infiernos, si no se enmiendan, a
los consuetudinarios, y a los que no evitan
las ocasiones próximas voluntarias, y a los
escandalosos públicos.., que arruinan el
mundo.

Créame V.P. que esto ganará más almas
para Dios desde su celda que doce compañías
de misioneros. Diga V.P. horrores de este
formidable contagio, el cual abrasa los
pueblos, destruye las almas, acaba las
familias, quita las sucesiones, abrevia
las vidas de los hombres, enferma los
cuerpos humanos, y condena las almas
a la muerte eterna.


CONTINUARÁ...

Esta fervorosa Carta dice mucho. Parece
regulada con aquellos excelentes hexámetros
de nuestro Serafín de Padua San Antonio (v. Luxur)
que se hallarán en sus admirables Concordias
Escriturales, y dicen así:


VERSVS DE LVXVRIAE

AEfectibus

Este vicio desaforado de la lujuria,
dice el Santo, ensucia el cuerpo, y el
alma. Mancilla a las criaturas humanas.
Las engaña. Las liga, y embosca, como
el cazador a las incautas avecillas.
Las aparta de Dios,y de Sus Santos.
Las mata. Las condena. Les cierra la puerta del Cielo.
Les abrasa los pensamientos. Les destruye
las voluntades. Les quita las virtudes.
Les roba todo el bien de sus almas.
Les hace mentirosas, y engañadoras.
Son insaciables en la torpeza. Les
pone en ignominiosa servidumbre. No
les deja volverse a su legitimo Señor,
que es Dios. Les roba el corazón. Aborrecen
la Divina luz. Aman las tinieblas.
Se hacen indignas del Sagrado Cuerpo
Sacramentado de Cristo Señor Nuestro.
Les obscurece la razón.


CONTINUARÁ...

Los lujuriosos pecan contra su
mismo cuerpo. Se apartan de su Señor.
Alegran a los enemigos de su alma.
Contristan a sus ángeles del Cielo.
Dan gusto a Satanás. Aman el ocio,
que les pierde. Pierden la memoria
de Cristo. Se olvidan de los beneficios
divinos. Desprecian los buenos consejos.
Se hacen fatuos y dementes. Parecen
brutos. No estiman su reputación, ni
el buen nombre de cristianos. Todo lo
atropellan por su gusto brutal.Estos
serán los asuntos principales de este
pequeño libro, para pasar después a
sus importantes remedios.


CONTINUARÁ...

Deseo que este pequeño libro sirva
también para el desvelo y cuidado de los
padres de familias; de los ayos y maestros
de sus hijos; de los señores confesores;
de los ministros de justicia; y de los
Ilustrísimos Señores, Obispos, y Prelados,
a fin de que cada uno trabaje en lo que
respectivamente le toca; para que este
vicio capital y pestilente no se desafuere
y se adueñe de más almas, y para que
se quiten los escándalos, que destruyen
a los pueblos cristianos.

CONTINUARÁ...