Le miracle de Calanda
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Le miracle de Calanda
Le miracle de Calanda
(Ayto. de Calanda)
Antes de darles a conocer el hecho en sí de este gran Milagro acaecido en Calanda, queremos que comprendan la trascendencia del mismo. En la vida de Jesús de Nazareth hubo muchos milagros, pero muy pocos en los que se realizara la resurección de la vida o de la carne (Lázaro, la hija de Jairo, el hijo de la viuda, su propia Resurrección). Es por ello que el Milagro de Calanda es de una magnitud que ni nosotros mismos podíamos imaginar.
Una vez hechas estas matizaciones les vamos a relatar, muy escuetamente, en qué consistió tan bello episodio ocurrido en Calanda.
Nacimiento e infancia de Miguel Juan Pellicer Blasco
Miguel Juan Pellicer Blasco nace un día de marzo de 1.617. Fue bautizado el 25 del mismo mes. Era el segundo de ocho hermanos y su familia era una humilde familia de labradores.
Permanece analfabeto a lo largo de toda su vida. La única instrucción escolar que recibe es la que escucha en la catequésis, a través del párroco del pueblo.
Accidente laboral en Castellón. Ingreso en el Hospital de Valencia. Traslado a Zaragoza. Amputación de pierna.
A los 19 años, a finales del año 1.636 o inicios de 1.637, deja la casa de sus padres y se traslada a Castellón, a casa de un tío suyo por parte materna. Y precisamente llevando, un día de finales de julio de 1.637, un carro cargado de trigo y tirado por dos mulas, sobre una de las cuales cabalgaba Miguel Juan, cayó éste a tierra, pasándole una rueda del carro sobre su pierna derecha, fracturándole la tivia en su parte central.
Es trasladado a Valencia e ingresa en el Hospital Real el día 3 de agosto de 1.637, según consta en el Libro de Registro, que aún se conserva. En este hospital sólo permanece cinco días, ya que añora sus tierras de Aragón. Solicita permiso para trasladarse a Zaragoza, y después de casi dos meses de viaje llega a Zaragoza a primeros de octubre de 1.637.
La primera visita que realiza en Zaragoza, nada más llegar, es al Templo de Nuestra Señora del Pilar. Y a continuación es ingresado en el Hospital General de Nuestra Señora de Gracia. Es aquí donde se le amputa la pierna "cuatro dedos más debajo de la rodilla". Enterrándose dicha pierna en el cementerio del hospital, haciendo un hoyo "como un palmo de hondo". Se le dio de alta en el hospital y se la colocó una pierna de madera y muleta en la primavera de 1.638.
Hubo de recurrir a la limosna para poder vivir, hecho que realizaba en una de las puertas del Templo del Pilar, en Zaragoza. Y aprovechaba esta circunstancia para oir misa todos los días en la Santa Capilla, a la vez que se ungía con aceite de las lámparas el muñón de su pierna para intentar suavizar el dolor.
Esta vida de Miguel Juan duró unos dos años, ya que decidió volver a su casa de Calanda.
La vuelta a casa
En la primera semana de marzo de 1.640 inicia su viaje de retorno a Calanda. Unas veces montado en carro y otras a pie. Así llega hasta Alcañiz y desde aquí manda recado a sus padres, los cuales envían a un chaval de dieciseis años con una burra. Así, tras casi una semana de viaje, y en vísperas de cumplir los 23 años, llega de nuevo Miguel Juan a Calanda.
Mendigando por la comarca
Cuando llega a casa, y debido a que está imposibilitado para realizar tareas, decide recorrer la comarca para recoger algo que poder llevar a su casa. Este hecho es muy importante debido a que fueron muchas las personas que pudieron ver a Miguel Juan con la pierna amputada.
El Milagro
El 29 de marzo de 1.640, y después de una dura jornada de trabajo en su casa, al llegar la noche, y habiéndole preparado su madre una yacija improvisada con un serón de esparto y sobre él un pellejo, al lado del lecho conyugal, debido a que su habitación la empleaba un soldado que se alojaba en su casa, se duerme a pesar del mucho dolor de su pierna. Eran, aproximadamente, las diez de la noche.
Entre diez y media y once de la noche entran sus padres en la habitación "a luz de candil", y perciben una "fragancia y olor suave no acostubrados allí", y al acercarse su madre para comprobar como se había acomodado Miguel Juan en el lecho improvisado de aquella noche, lo encuentra durmiendo, pero ve admirada que por debajo de la capa paterna asomaban dos pies cruzados.
Señales viejas en la pierna nueva
Comprobaron, Miguel Juan y sus padres, ya en los primeros momentos, a la luz del candil, la persistencia de viejas cicatrices de la pierna amputada en la nueva pierna.
Misa en acción de gracias
Acta notarial del Milagro
El día 2 de abril, cinco días después del Milagro, concretamente el Lunes Santo, D. Miguel Andreu, notario de Mazaleón, levanta acta notarial de tan impresionante hecho. El original de esta Acta Notarial, con todo el protocolo del año 1.640, se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza.
De nuevo en el templo del Pilar de Zaragoza
El 25 de abril, Miguel Juan y sus padres llegan a Zaragoza para dar gracias a la Virgen del Pilar. El Cabildo de Zaragoza remitió al Conde-Duque de Olivares la información del hecho para que, a su vez, la pusiera en conocimiento del Rey Felipe IV.
Progresiva normalización de la pierna
En el mes de Junio, declaran los testigos ante el Juez Eclesiástico que ya puede "afirmar el talón en el suelo", "menear el pie y los dedos", "correr con ligereza y subir la perna derecha hasta la cabeza sin dolor ni pena alguna" y "ha crecido la pierna tres dedos y ha engordado la pantorrilla".
El proceso arzobispal sobre el Milagro
Declaran en dicho proceso: Facultativos y sanitarios (5 personas), entre ellos el cirujano que le amputó la pierna, familiares y vecinos (5 personas), autoridades locales (4 personas), autoridades eclesiásticas (4 personas), personajes mixtos (6 personas, destacando a dos mesoneros de Samper de Calanda y de Zaragoza).
Se reconoce el hecho como Milagro el día 27 de abril de 1.641.
Miguel Juan en el postmilagro
El 14 de Junio de 1.641, Miguel Juan retorna a su comarca bajoaragonesa. En el otoño de este mismo año viaja a Madrid para ser presentado al Rey Felipe IV, el cual, como es sabido, tiene la deferencia de besarle la pierna. Posteriormente queda desligado de la tutela del Cabildo del Pilar, y viaja a Valencia. Regresa a Calanda y estuvo aquí durante los años 1.643 al 1.645.
Un decreto de la oficialía eclesiástica de la curia arzobispal, de 21 de febrero de 1.646, nos revela que Miguel Juan y su padre viajan a Zaragoza para solicitar la licencia de enterramiento para ellos y su familia en el oratorio o ermita en honor de la Virgen del Pilar, en que se ha convertido su casa de Calanda, donde tuvo lugar el Milagro.
Entre noviembre de 1.646 y febrero de 1.647 viaja a la isla de Mallorca, acompañando al recolector de limosnas para el Santuario del Pilar.
Su muerte en el camino
El último vestigio de las fuentes manuscritas acerca de Miguel Juan parece ser la inscripción en el libro de difuntos de la parroquia de Velilla de Ebro (Zaragoza) el 12 de septiembre de 1.647, que literalmente dice: "A doce de septiembre murió Miguel Pellicer, dijo que era de Calanda, y lo trajeron aquí desde Alforque más muerto que vivo; y el que lo trajo dijo que el Vicario de Alforque lo había confesado; con todo eso lo volví a confesar y dijo algo. Y le administré el Sacramento de la Unción y se enterró en el cementerio. Fdo.- Mosen Nicolás Portal".
Al margen llevaba la acostumbrada nota: "Miguel Pellicer, pobre de Calanda", debajo de la cual, con letra distinta y posterior, se añadió otra advertencia: "Nota: Se cree que éste fue el que María Santísima del Pilar le restituyó la pierna que se le cortó, según consta por tradición".
(Ayto. de Calanda)
Javier- Nombre de messages : 4271
Localisation : Ilici Augusta (Hispania)
Date d'inscription : 26/02/2009
Re: Le miracle de Calanda
LE MIRACLE DE LA JAMBE
Vittorio Messori nous parle de son livre "Il Miracolo"
Madrid, 11 octobre 1999 (ZENIT)* - En moins d’un an déjà et en Italie seulement, l’ouvrage a été réédité neuf fois. Il est déjà publié en espagnol et sera bientôt traduit en d’autres langues. Le livre dont il est ici question, Il Miracolo, est le résultat de la dernière enquête du journaliste Vittorio Messori.
Messori est déjà bien connu pour ses livres Au seuil de l’espérance, publié en collaboration avec Jean-Paul II - le premier pape de l’histoire qui ait accepté de répondre aux questions d’un journaliste - et Entretiens sur la foi, avec le cardinal Ratzinger. C’est la première fois qu’un journaliste examine en profondeur des documents historiques concernant ce que l’on peut sans nul doute considérer comme le plus extraordinaire miracle marial de l’histoire.
ZENIT: Une première question s’impose : Comment se fait-il qu’un journaliste italien se rende en Espagne pour mener une enquête sur un miracle qui a eu lieu il y a 350 ans ?
MESSORI: Ceux qui me connaissent savent que je suis un converti. Je ne suis pas né catholique. J’ai fait mes études dans une université publique de Turin. Après avoir découvert la foi, le christianisme, je me suis toujours efforcé de lire la Bible à la lumière de la raison afin de découvrir le fondement de la crédibilité de la foi. Au cours de mes études sur les raisons de la foi, je me suis intéressé de plus en plus aux miracles, les signes de la foi. J’ai examiné entre autres, par exemple, les événements de Lourdes. J’ai acquis la certitude que le Dieu des chrétiens adopte un style, une stratégie qui consiste à préserver la liberté de ses créatures. Pour citer Pascal, " Le Dieu des chrétiens laisse toujours assez de lumière pour la foi, mais il laisse suffisamment d’ombre pour le doute. " Cela signifie que la foi n’est pas une imposition mais une proposition, de sorte que dans le miracle Dieu accorde suffisamment de place au doute afin de respecter notre liberté et de ne pas nous obliger à croire.
Mais lorsque j’ai découvert ce " grand miracle ", j’ai été stupéfait et ma conception s’est trouvée menacée. Il s’était passé quelque chose qui sortait du cadre habituel. Les incroyants ont souvent dit que pour devenir croyants, il leur faudrait un miracle comme, par exemple, un bras ou une jambe qui repousserait. Émile Zola a dit à Lourdes : " Montrez-moi une jambe de bois, et alors je croirai aux miracles. " Eh bien, c’est ce qui est arrivé à Calanda.
ZENIT: Mais cela ne semble pas très connu ? Comment avez-vous entendu parler de ce miracle ?
MESSORI: Il y a des années, je suis tombé au cours de mes lectures sur des petites remarques, des allusions à propos du " miracle de la jambe ", du " miracle de Calanda " et du " miracle de la sainte Vierge de Pilar "... mais je pensais qu’il devait s’agir, comme ailleurs, d’une légende ou d’un mythe. Un jour, j’ai pu me procurer un exemplaire du seul livre écrit par un auteur qui n’était pas espagnol, un ouvrage sérieux traitant précisément de ce miracle et publié en France en 1959. Je me trouvais en face de quelque chose qui n’avait rien à voir avec une pieuse légende, un mythe ou un conte folklorique, mais bien plus avec un événement solidement documenté. Ce miracle a provoqué chez moi une crise car il sortait du cadre habituel de la façon d’agir de Dieu qui, pour protéger notre liberté, laissait toujours une ombre autorisant le doute. Deux ou trois années d’études ont passé avant que je puisse être convaincu et dire : " Oui, il n’y a plus rien à ajouter. La seule solution raisonnable dans ce cas est d’admettre que la jambe amputée de ce Miguel Juan Pellicer a été réimplantée deux ans et demi plus tard.
ZENIT: Comment l’événement s’est-il produit ?
MESSORI: C’est arrivé de la façon suivante : Calanda se trouve dans le diocèse de Saragosse, dans la province de Teruel. La région était alors administrée par l’Ordre de Calatrava dont les chevaliers s’étaient voués à défendre l’Immaculée Conception de la Vierge Marie, au prix même de leur vie. C’est dans ce pauvre village reculé que, dans la nuit du 29 mars 1640, entre 22 h et 23 h, la jambe droite d’un paysan de 23 ans, Miguel Juan Pellicer, fut soudainement et parfaitement " réimplantée ". Une charrette l’avait écrasée et la gangrène s’était installée; à la fin du mois d’octobre 1637, à l’hôpital public de Saragosse - en d’autres termes deux ans et cinq mois avant cette étonnante " réimplantation " - la jambe a dû être amputée juste au-dessous du genou. Les chirurgiens et les sœurs hospitalières ont cautérisé la plaie au fer rouge.
ZENIT: Beaucoup de gens disent parfois que s’ils voyaient ainsi un miracle se produire " en chair et en os ", alors ils croiraient. L’enquête prouve sans l’ombre d’un doute qu’un miracle a eu lieu. Quelqu’un peut-il alors refuser de " croire " à un miracle ?
MESSORI: Je dois admettre que pour accepter la réalité d’un miracle, l’homme doit oublier un système de pensée dans lequel il n’accorde aucune place au surnaturel dans la vie humaine. Je voudrais citer Chesterton : " Le croyant est un homme qui accepte les miracles lorsque ce qu’il voit l’y oblige. L’incroyant est un homme qui ne veut même pas discuter de miracles parce qu’il ne peut pas les admettre, étant donné qu’ils sont contraires au savoir qu’il professe et qu’il ne peut pas contredire. "
Il est évident que celui dont la tournure d’esprit fait du miracle une impossibilité est prisonnier de son propre système de pensée. Je dois admettre que même dans le cas du miracle de Calanda, où Dieu n’agit pas à sa manière habituelle qui nous laisse une infinité d’explications possibles, notre liberté est encore protégée parce que la liberté humaine est ainsi faite qu’elle peut rejeter la preuve.
ZENIT: Le 23 février de l’année prochaine sera le centième anniversaire de naissance du cinéaste Luis Buñuel qui est justement natif de Calanda. Buñuel était-il au courant de ce miracle ? Qu’est-ce que ce metteur en scène bien connu pour son agnosticisme pensait de tout cela ?
MESSORI: Tout le monde se souviendra que Buñuel avait coutume de dire : " Je suis athée, Dieu merci. " Buñuel était en réalité un homme que la question religieuse tourmentait. Je l’ai bien connu et étudié en raison de mon intérêt pour Calanda. On ne peut pas être natif de Calanda et continuer à vivre comme si un miracle n’y avait eu lieu. En fait, un de ses derniers films, Tristana a pour thème l’amputation d’une jambe. La vedette du film, Catherine Deneuve, est la femme dont une jambe doit être amputée. Buñuel a dit lui-même au cours d’une interview qu’il avait fait Tristana parce que la jambe de Miguel Juan Pellicer l’avait poursuivi toute sa vie. D’ailleurs, sur la bande sonore du film, on entend souvent au loin le son de tambours de Calanda. Buñuel passait toujours la semaine du Vendredi Saint à Calanda. Qu’il soit à New York, à Paris ou à Rome, il avait toujours soin de prendre un avion pour un voyage de trois jours à Calanda où il prenait part à la procession du Vendredi Saint, accompagné du son des tambours. Il est allé jusqu’à dire qu’il n’avait pas cessé d’être athée, " mais ne parlez jamais contre la sainte Vierge de Pilar ou contre le miracle, parce que j’y crois ". Il est allé également jusqu’à dire que comparé à Calanda, Lourdes n’était qu’un endroit ordinaire. Ordinaire, parce qu’à Calanda une jambe avait été réimplantée, chose qui ne s’était jamais produite à Lourdes.
Vittorio Messori nous parle de son livre "Il Miracolo"
Madrid, 11 octobre 1999 (ZENIT)* - En moins d’un an déjà et en Italie seulement, l’ouvrage a été réédité neuf fois. Il est déjà publié en espagnol et sera bientôt traduit en d’autres langues. Le livre dont il est ici question, Il Miracolo, est le résultat de la dernière enquête du journaliste Vittorio Messori.
Messori est déjà bien connu pour ses livres Au seuil de l’espérance, publié en collaboration avec Jean-Paul II - le premier pape de l’histoire qui ait accepté de répondre aux questions d’un journaliste - et Entretiens sur la foi, avec le cardinal Ratzinger. C’est la première fois qu’un journaliste examine en profondeur des documents historiques concernant ce que l’on peut sans nul doute considérer comme le plus extraordinaire miracle marial de l’histoire.
ZENIT: Une première question s’impose : Comment se fait-il qu’un journaliste italien se rende en Espagne pour mener une enquête sur un miracle qui a eu lieu il y a 350 ans ?
MESSORI: Ceux qui me connaissent savent que je suis un converti. Je ne suis pas né catholique. J’ai fait mes études dans une université publique de Turin. Après avoir découvert la foi, le christianisme, je me suis toujours efforcé de lire la Bible à la lumière de la raison afin de découvrir le fondement de la crédibilité de la foi. Au cours de mes études sur les raisons de la foi, je me suis intéressé de plus en plus aux miracles, les signes de la foi. J’ai examiné entre autres, par exemple, les événements de Lourdes. J’ai acquis la certitude que le Dieu des chrétiens adopte un style, une stratégie qui consiste à préserver la liberté de ses créatures. Pour citer Pascal, " Le Dieu des chrétiens laisse toujours assez de lumière pour la foi, mais il laisse suffisamment d’ombre pour le doute. " Cela signifie que la foi n’est pas une imposition mais une proposition, de sorte que dans le miracle Dieu accorde suffisamment de place au doute afin de respecter notre liberté et de ne pas nous obliger à croire.
Mais lorsque j’ai découvert ce " grand miracle ", j’ai été stupéfait et ma conception s’est trouvée menacée. Il s’était passé quelque chose qui sortait du cadre habituel. Les incroyants ont souvent dit que pour devenir croyants, il leur faudrait un miracle comme, par exemple, un bras ou une jambe qui repousserait. Émile Zola a dit à Lourdes : " Montrez-moi une jambe de bois, et alors je croirai aux miracles. " Eh bien, c’est ce qui est arrivé à Calanda.
ZENIT: Mais cela ne semble pas très connu ? Comment avez-vous entendu parler de ce miracle ?
MESSORI: Il y a des années, je suis tombé au cours de mes lectures sur des petites remarques, des allusions à propos du " miracle de la jambe ", du " miracle de Calanda " et du " miracle de la sainte Vierge de Pilar "... mais je pensais qu’il devait s’agir, comme ailleurs, d’une légende ou d’un mythe. Un jour, j’ai pu me procurer un exemplaire du seul livre écrit par un auteur qui n’était pas espagnol, un ouvrage sérieux traitant précisément de ce miracle et publié en France en 1959. Je me trouvais en face de quelque chose qui n’avait rien à voir avec une pieuse légende, un mythe ou un conte folklorique, mais bien plus avec un événement solidement documenté. Ce miracle a provoqué chez moi une crise car il sortait du cadre habituel de la façon d’agir de Dieu qui, pour protéger notre liberté, laissait toujours une ombre autorisant le doute. Deux ou trois années d’études ont passé avant que je puisse être convaincu et dire : " Oui, il n’y a plus rien à ajouter. La seule solution raisonnable dans ce cas est d’admettre que la jambe amputée de ce Miguel Juan Pellicer a été réimplantée deux ans et demi plus tard.
ZENIT: Comment l’événement s’est-il produit ?
MESSORI: C’est arrivé de la façon suivante : Calanda se trouve dans le diocèse de Saragosse, dans la province de Teruel. La région était alors administrée par l’Ordre de Calatrava dont les chevaliers s’étaient voués à défendre l’Immaculée Conception de la Vierge Marie, au prix même de leur vie. C’est dans ce pauvre village reculé que, dans la nuit du 29 mars 1640, entre 22 h et 23 h, la jambe droite d’un paysan de 23 ans, Miguel Juan Pellicer, fut soudainement et parfaitement " réimplantée ". Une charrette l’avait écrasée et la gangrène s’était installée; à la fin du mois d’octobre 1637, à l’hôpital public de Saragosse - en d’autres termes deux ans et cinq mois avant cette étonnante " réimplantation " - la jambe a dû être amputée juste au-dessous du genou. Les chirurgiens et les sœurs hospitalières ont cautérisé la plaie au fer rouge.
ZENIT: Beaucoup de gens disent parfois que s’ils voyaient ainsi un miracle se produire " en chair et en os ", alors ils croiraient. L’enquête prouve sans l’ombre d’un doute qu’un miracle a eu lieu. Quelqu’un peut-il alors refuser de " croire " à un miracle ?
MESSORI: Je dois admettre que pour accepter la réalité d’un miracle, l’homme doit oublier un système de pensée dans lequel il n’accorde aucune place au surnaturel dans la vie humaine. Je voudrais citer Chesterton : " Le croyant est un homme qui accepte les miracles lorsque ce qu’il voit l’y oblige. L’incroyant est un homme qui ne veut même pas discuter de miracles parce qu’il ne peut pas les admettre, étant donné qu’ils sont contraires au savoir qu’il professe et qu’il ne peut pas contredire. "
Il est évident que celui dont la tournure d’esprit fait du miracle une impossibilité est prisonnier de son propre système de pensée. Je dois admettre que même dans le cas du miracle de Calanda, où Dieu n’agit pas à sa manière habituelle qui nous laisse une infinité d’explications possibles, notre liberté est encore protégée parce que la liberté humaine est ainsi faite qu’elle peut rejeter la preuve.
ZENIT: Le 23 février de l’année prochaine sera le centième anniversaire de naissance du cinéaste Luis Buñuel qui est justement natif de Calanda. Buñuel était-il au courant de ce miracle ? Qu’est-ce que ce metteur en scène bien connu pour son agnosticisme pensait de tout cela ?
MESSORI: Tout le monde se souviendra que Buñuel avait coutume de dire : " Je suis athée, Dieu merci. " Buñuel était en réalité un homme que la question religieuse tourmentait. Je l’ai bien connu et étudié en raison de mon intérêt pour Calanda. On ne peut pas être natif de Calanda et continuer à vivre comme si un miracle n’y avait eu lieu. En fait, un de ses derniers films, Tristana a pour thème l’amputation d’une jambe. La vedette du film, Catherine Deneuve, est la femme dont une jambe doit être amputée. Buñuel a dit lui-même au cours d’une interview qu’il avait fait Tristana parce que la jambe de Miguel Juan Pellicer l’avait poursuivi toute sa vie. D’ailleurs, sur la bande sonore du film, on entend souvent au loin le son de tambours de Calanda. Buñuel passait toujours la semaine du Vendredi Saint à Calanda. Qu’il soit à New York, à Paris ou à Rome, il avait toujours soin de prendre un avion pour un voyage de trois jours à Calanda où il prenait part à la procession du Vendredi Saint, accompagné du son des tambours. Il est allé jusqu’à dire qu’il n’avait pas cessé d’être athée, " mais ne parlez jamais contre la sainte Vierge de Pilar ou contre le miracle, parce que j’y crois ". Il est allé également jusqu’à dire que comparé à Calanda, Lourdes n’était qu’un endroit ordinaire. Ordinaire, parce qu’à Calanda une jambe avait été réimplantée, chose qui ne s’était jamais produite à Lourdes.
gabrielle- Nombre de messages : 19801
Date d'inscription : 25/01/2009
Re: Le miracle de Calanda
Le grand miracle de Notre-Dame Del Pilar
En 1637, un employé agricole, Miguel Juan Pellicer (1617-1647), né à Calanda dans une famille de sept enfants,
tombe d'un attelage, à Castellon de la Plana. Une roue lui brise la jambe droite, écrasant « le tibia en son milieu » (article 7 du Procès, cité par Deroo, 1977, 24). Il est admis à l'hôpital de Valencia le 3 août 1637 puis transféré à l'hôpital royal de Saragosse au début d'octobre. Réduit à la mendicité, il essaye différents remèdes pour guérir, en vain. A la fin d'octobre, il est amputé « quatre doigts au-dessus du genou ». Il quitte l'hôpital au printemps 1638 et retourne vivre à Calanda, parmi les siens.
Le 29 mars 1640, il s'endort dans la chambre de ses parents. Peu après, son père découvre que deux pieds dépassent de la couverture : sa jambe amputée est revenue ! Un procès canonique débute le 5 juin 1640. Le 22 avril 1641, la municipalité de Calanda choisit Notre-Dame du Pilar comme patronne. Le 27 avril suivant, Mgr Apaolaza, archevêque de Saragosse, déclare : « Nous disons, prononçons et déclarons que Miguel Juan Pellicer (...) a récupéré miraculeusement la jambe droite qui auparavant avait été amputée ; cette restitution n'est pas l'?uvre de la nature, mais a été opérée d'une manière admirable et miraculeuse et doit être enregistrée comme un miracle » (AASS, juillet, t. VI, 120 et Copia literal y auténtica del Proceso y sentencia de calificacio´n, Saragosse, 1940, 28, cité dans sa traduction française par Deroo, 79).
Une médaille commémorative du miracle est frappée en 1671. Certains associent ce miracle à une apparition de la Vierge. En réalité, rien ne permet une telle classification. Miguel Juan a prié Notre-Dame du Pilar avant de s'endormir puis « il s'est vu en rêve dans la chapelle de Saragosse, oignant, de l'huile des lampes allumées devant la Vierge, son moignon endolori ».
En 1637, un employé agricole, Miguel Juan Pellicer (1617-1647), né à Calanda dans une famille de sept enfants,
tombe d'un attelage, à Castellon de la Plana. Une roue lui brise la jambe droite, écrasant « le tibia en son milieu » (article 7 du Procès, cité par Deroo, 1977, 24). Il est admis à l'hôpital de Valencia le 3 août 1637 puis transféré à l'hôpital royal de Saragosse au début d'octobre. Réduit à la mendicité, il essaye différents remèdes pour guérir, en vain. A la fin d'octobre, il est amputé « quatre doigts au-dessus du genou ». Il quitte l'hôpital au printemps 1638 et retourne vivre à Calanda, parmi les siens.
Le 29 mars 1640, il s'endort dans la chambre de ses parents. Peu après, son père découvre que deux pieds dépassent de la couverture : sa jambe amputée est revenue ! Un procès canonique débute le 5 juin 1640. Le 22 avril 1641, la municipalité de Calanda choisit Notre-Dame du Pilar comme patronne. Le 27 avril suivant, Mgr Apaolaza, archevêque de Saragosse, déclare : « Nous disons, prononçons et déclarons que Miguel Juan Pellicer (...) a récupéré miraculeusement la jambe droite qui auparavant avait été amputée ; cette restitution n'est pas l'?uvre de la nature, mais a été opérée d'une manière admirable et miraculeuse et doit être enregistrée comme un miracle » (AASS, juillet, t. VI, 120 et Copia literal y auténtica del Proceso y sentencia de calificacio´n, Saragosse, 1940, 28, cité dans sa traduction française par Deroo, 79).
Une médaille commémorative du miracle est frappée en 1671. Certains associent ce miracle à une apparition de la Vierge. En réalité, rien ne permet une telle classification. Miguel Juan a prié Notre-Dame du Pilar avant de s'endormir puis « il s'est vu en rêve dans la chapelle de Saragosse, oignant, de l'huile des lampes allumées devant la Vierge, son moignon endolori ».
gabrielle- Nombre de messages : 19801
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